Encuentro ahora, una semana más tarde de llegar a Tenerife, un momentito para sentarme a escribir y compartir con vosotros momentos vividos a lo largo de estos días de sol, lluvia, mar y plataneras.
El lunes pasado disfruté mucho en el Conservatorio Superior de Música de Tenerife, compartiendo con alumnos y (ex) profesores mi pasión por la Musicoterapia. De ahí han salido algún que otro café la próxima semana para hablar más del tema. Quizás lo que más disfruté fue el echo de volver a la que había sido mi casa durante más de 10 años y poder compartir mi experiencia.
El resto de la semana ha sido un transcurso de días con la familia, mientras acabábamos de preparar lo que sería un día muy importante en la vida de mi hermana mayor, Yaiza Navarro: su Jura como abogada; que tuvo lugar el viernes 16 en el Auditorio de Tenerife.
Se me cayeron alguna que otra lágrima al escuchar el discurso en representación de los jurandos en el que hablaba de la situación actual, de la importancia del abogado como representante de los ciudadanos y, como no, de la crítica al gobierno que tenemos por la subida de las tasas judiciales (y que tan poco calado está haciendo en la sociedad, por desconocimiento).
Y de trabajo por en medio, como no! Aunque con otro ritmo, con otra esencia, desde otro punto. Queriendo -y consiguiendo- comenzar a tener otro nivel de estrés en mi vida. Mucho menor, ¡si!, y que además es el que quiero ir manteniendo en Madrid, cuando vuelva.
Por cierto ¿Habéis visto el último libro que ha publicado Goleman? No pude evitar hacerme con uno.
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