En estos últimos meses, desde febrero que se dice pronto, mi vida ha dado un giro tan grande, que no he sido consciente de ello hasta ahora, mayo.
Unos intensos 4 meses. (¿cuatro meses ya?) en los cuales he vivido una gran decepción profesional con la ruptura del Centro de Musicoterapia en el que llevaba muchos meses trabajando no solo a nivel de contactos, proyectos, e inversión económica sino a nivel físico, en la reforma del local, compra y descarga de materiales de construcción, etc... Ilusiones, sueños y muchas, muchas perspectivas de futuro...
Este quizás haya sido el batacazo emocional más duro que me haya llevado en mi vida, pero del que he aprendido muchísimo. No solo a nivel profesional, que también, sino personal. He aprendido a reponerme tras un periodo depresivo muy duro, donde me he tambaleado mucho. Donde he dudado de mi misma, de quién era, de cómo era, de dónde había estado y con quién. He tardado meses en volver a coger un instrumento de percusión, llenar mi maleta, colgarme la guitarra al hombro y salir a hacer sesiones de musicoterapia. Porque no estaba bien. Porque había perdido toda la confianza en mí. Me la habían arrebatado de golpe. Seco. Frío. Doloroso.
He aprendido a no ser yo quién deba esconderme, no tengo por qué. Porque a pesar de tener defectos -que seguramente, dependiendo a quién preguntes, serán muchos-, sé por dónde SI quiero ir. Pero sobre todo, sé por dónde NO quiero ir tanto a nivel personal como profesional.
4 meses han pasado desde que comenzara a derrumbarse mi mundo. Y de repente, me doy cuenta de que poco a poco voy poniendo de nuevo las fichas en su orden. A pesar de las secuelas que me haya dejado todo este periplo por el que he transitado con pies de plomo y cuerpo de plastilina.
Ahora, cuatro meses después, sé que es lo mejor que pudo pasar. Para mi. Porque yo no tenía que estar ahí, haciendo eso. Sino, volar más alto, como hago ahora. De la mano de profesionales que creen, como yo, en que hay maneras de hacer un buen trabajo musicoterapéutico. Y ese, es el camino que quiero transitar. El resto, que hagan lo que quieran, no lo critico, cada uno es libre de elegir su propio camino.
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